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Cómo elegir sala para hacer una grabación de música clásica

Cualquiera que se dedique a la grabación musical profesionalmente sabe de la gran influencia de las cualidades acústicas de la sala en el resultado sonoro de una grabación. Hay ingenieros que incluso sitúan esta importancia por encima de la calidad de los micrófonos, de los previos o de los conversores digitales.

A menudo los mismos músicos me proponen el lugar donde desean hacer la grabación. Para mí es importante saber hacer una evaluación rápida cuando no hay posibilidades de hacer mediciones acústicas en profundidad.

Grabar música clásica con instrumentos acústicos significa que siempre hemos de buscar un sonido lo más parecido a la realidad, a la sensación de estar en una sala de conciertos auténtica o en la sala de ensayo. Para mi, grabar es como mirar la música a través de un cristal. Si el cristal está empañado, sucio o es de colores no veremos/escucharemos la musical en su verdadera dimensión. La acústica lo que hay entre la música y nuestra escucha.

Pero tengo que decir, que a veces cuesta convencer a algunos músicos de que una sala no es la correcta para tener un buen resultado. Algunos músicos valoran más la sala propuesta por las comodidades , las condiciones económicas (los auditorios y estudios profesionales son caros) o simplemente por la logística (vaya, que está cerca de su casa). Así que lo primero es concienciar de la necesidad de escoger bien la sala.

Yo siempre comienzo con dos consideraciones generales:

  • No existe un acuerdo sobre cuales son los valores exactos para conseguir que la acústica de una sala sea perfecta. Es como con la fabricación de instrumentos (por ejemplo los stradivarius), siempre hay un cierto «misterio», un algo que no se puede medir pero que hace que el sonido de esa sala sea excepcional. Así que escuchar atentamente es vital para evaluar la sala.

  • Ten claro de que estamos hablando de acústica para la grabación, no para el público ni para el músico. La asistencia de público, desde el punto de vista de la acústica tiene el mismo valor que cualquier otro elemento arquitectónico. Es importante considerarlo porque su presencia (generalmente absorbente) o ausencia influye mucho en la acústica. Pero no mucho más.

Al músico le haremos un poquito más de caso, pues como ya expliqué en el articulo Cómo prepararse para una grabación de música clásica es imprescindible tenerlo contento y que se sienta a gusto para interpretar bien. A menudo se da el caso de que una sala que no gusta a los músicos para interpretar (normalmente porque es muy seca) va a resultar buena para una grabación. El músico (especialmente el cantante) prefiere escucharse a sí mismo con mucha reverberación, ya que le «acompaña». Habrá que buscar un compromiso entre los dos extremos.

Los tres aspectos que más tengo en cuenta para elegir una sala donde hacer una grabación son:

  1. La reverberación
  2. El «color» de la sala
  3. La insonorización

La reverberación

El tamaño de la sala es el elemento principal en el tiempo de reverberación. Quizás no es necesario explicar aquí que es la reverberación, pues como decía uno de mis profesores en la escuela de audio «hasta un niño puede notar la diferencia entre mucha o poca reverberación». El valor en que técnicamente se mide la reverb es de RT 60, que es et tiempo que transcurre desde la emisión del sonido hasta que el nivel de presión sonora cae 60 dB con respecto a su valor inicial. Explicado fácilmente: si emito un sonido en la sala y a los dos segundos ya no oímos ningún eco, pues ese es el tiempo de reverberación: 2 segundos.

Pero, ¿cual es la reverberación correcta? pues depende de la formación (orquestal, de cámara, solista), de la estética de la época, del ritmo interno de la música etc.

Yo, personalmente, en igualdad de condiciones, prefiero escoger salas más bien «secas» (poca reverberación). Lo comparo con el uso de la sal: añadir más siempre es posible, pero quitar… Puedo añadir artificialmente (digital o analógicamente) más reverberación a una sala en la mezcla, pero si la grabación se ha hecho con un exceso de reverb, eso no hay quien arregle. Aunque encuentres algunos trucos por Internet con los que te prometen que es posible quitar reverberación, siempre son chapuzas para maquillar un poco, y aquí estamos hablando de «cosas serias».

Abajo te dejo un gráfico que he preparado (alguno pensará que demasiado simplista) pero que creo que puede ser orientador. También te recomiendo que ante la duda, escuches grabaciones consideradas buenas (a nivel técnico) de la obra o el estilo que vas a grabar.

 



 
Por supuesto, también influye la época en que se ha hecho la grabación. Tengo la sensación de que antes se grababa con mas reverberación que ahora. Actualmente se prefiere el sonido más directo. No tengo estudios que lo demuestren. Una posible explicación que a mi se me ocurre es que antes la edición no permitía un trabajo tan milimétrico como el que hacemos hoy en día gracias a los ordenadores. Por esto inconscientemente se buscaba un sonido más de conjunto y se evitaba tanto detalle. Es solo una idea.

Por último, el tiempo de reverberación es solo una parte del parámetro, también cuentan la densidad y la cantidad de reflexiones, las frecuencias que más reverberan etc. Pero esto quizás lo dejaremos para otro post.

El color de la sala

Este depende de cómo se reflejan y distribuyen las frecuencias en la sala. Si hemos dicho que la naturalidad del sonido es lo más buscado en música clásica, por lógica debemos buscar una sala en la cual cada instrumento se refleje en todas sus frecuencias, sin que unas se realcen más que otras. Pero esto no sucederá en muchas de las otras salas que nos ofrecerán para grabar.

Cada sala tiene un color determinado, técnicamente llamado modo y a menudo es diferente en distintos puntos de la sala. Los estudios de grabación y auditorios están diseñados para minimizar las diferencias de modos en la sala. Ese es, entre otros, trabajo de los arquitectos e ingenieros acústicos.

Ya que muchas veces no será posible hacer un estudio con mediciones acústicas detalladas de una sala, tendrás que observar elementos que nos dan pistas de como va a sonar.

Yo acostumbro a fijarme en los siguientes items:

  • La disposición de las paredes: evita las paredes paralelas ya que fácilmente generan cancelaciones de frecuencia. Las cancelaciones se producen cuando una onda sonora va hacia una pared, se refleja y vuelve, encontrándose consigo misma (pero con la onda invertida). Según las leyes físicas del sonido esto provocará que haya frecuencias que se anularán entre sí y desaparecerán. Menos frecuencias significa un sonido mas pobre. Se que esto es difícil de entender así, en un plis-plas, pero créeme, ¡huid de las paredes lisas paralelas!

  • El material de construcción de las paredes: los materiales rugosos e irregulares hacen que las frecuencias se distribuyan uniformemente y el sonido sea más rico. Los revestimientos totalmente lisos y que no absorben sonido nos provocaran la típica sonoridad que yo llamo «de lavabo», que es muy pobre en frecuencias y crea confusión sonora. Evita los materiales como cerámica, yeso o pladur. La madera y la piedra son ideales.

El tamaño debe ser apropiado al tipo de grabación que quieres hacer. Una reverberación superior a los 4 segundos no será buena ningún caso (exceptuando quizás al gregoriano).

La insonorización

¿Cuanto aislamiento necesitamos? pues todo el que puedas conseguir tanto externo (sonidos que vienen de fuera) como interno (suelos que crujen, tuberías…).
Muchos de los pequeños ruidos desparecerán mientras entra la música por los micrófonos. Pero según la ley de Murphy las campanas y la moto siempre se escucharan justo en el momento en que la música se está acabando o en los pequeños silencios. Los técnicos tenemos herramientas digitales que pueden quitar parte de esos ruidos, pero intento no decírselo a los músicos, que se confían. Así que siempre que es posible propongo repetir la toma.

Y si, al final, tenemos ruidos, encuentro más tolerables los ruidos «naturales» (pájaros, lluvia, viento…) que los los mecánicos (coches, ambulancias, metro etc.)

Para acabar te propongo algunas cosas que puedes hacer para mejorar las condiciones de la sala que te ha tocado en suerte.

  • Busca los puntos donde la sala suena mejor escuchando con ojos cerrados.

  • Sitúa los micrófonos intentando no recoger muchas reflexiones de las superficies planas. Aléjalos de las paredes.

  • Calcula la distancia de equilibrio ideal entre los micrófonos y los instrumentos en función de la reverberación de la sala (especialmente si esta no es buena). Demasiado cerca el sonido es áspero y poco natural, pero a más distancia es lejano y confuso.

  • Pon elementos por medio que rompan los paralelismos. Librerías, paneles etc.

  • Usa cortinas y moquetas. Cuidado con esto ya que las cortinas son una solución de compromiso porque no afectan a todas las frecuencias por igual.

  • Si el suelo es de madera y hace ruido, propón grabar con calcetines o cubrirlo..

¿En qué situaciones te has encontrado como músico o técnico al grabar en alguna sala?

Estaré muy contento de recibir tus comentarios.